El bronce es una aleación metálica que se utiliza a menudo en joyería. Se puede fabricar una gran variedad de joyas de bronce, que son adecuadas tanto para el uso diario como para ocasiones más elegantes. El bronce cuenta ya con una larga tradición como material de joyería e, independientemente de ello, se considera incluso la aleación técnica más antigua en general. Los hallazgos de joyas y productos artísticos antiguos demuestran el uso del bronce hace ya más de 6000 años. Incluso una época, la Edad de Bronce, recibe su nombre de este metal de color rojizo oscuro, ya que fue el principal material para armas, utensilios y joyas durante este tiempo. Hay diferentes tipos de bronce, pero todos tienen en común que la aleación debe tener al menos un 60% de cobre. A diferencia del latón, donde el zinc es el componente principal junto con el cobre, en el bronce se suele añadir estaño al compuesto metálico. Gracias a sus propiedades, las distintas aleaciones de bronce se han utilizado para una gran variedad de fines a lo largo del tiempo; se fundían campanas con él, se hacían obras de arte con él y también se acuñaban monedas con este versátil metal. Hoy en día, el bronce se sigue utilizando en joyería, pero también se emplea en el campo electrotécnico como elemento de contacto o se valora en la industria alimentaria por su resistencia a la corrosión.
