Un diamante en talla de pera (en inglés: pear cut) tiene -como ya indica su nombre- una forma similar a una gota o pera. Esta talla especial es una combinación de la talla brillante y la talla marquesa, en la que el diamante tiene un extremo puntiagudo y otro redondo. Esta talla también se conoce como talla penduloque, ya que su forma recuerda al péndulo de un reloj (en francés: pendule). Al tallar los diamantes, hay que prestar especial atención a la simetría, para que un lado no sea más pronunciado y ancho que el otro. La talla pera es especialmente adecuada para los anillos de compromiso, ya que suele haber un gran diamante engastado en el centro, que destaca con esta talla. La talla pera también se encuentra a menudo en anillos solitarios. Debido a su relación con la talla brillante, estos diamantes brillan casi exactamente igual que los brillantes, ya que tienen un gran número de facetas. El color natural de los diamantes es claramente visible, especialmente en la punta. Los diamantes talla gota llaman la atención por su forma especial, que además alarga visualmente el dedo. Estos diamantes suelen engarzarse en una garra, que debe proteger bien la gema, sobre todo en el extremo puntiagudo.
